Mi historia con el miedo a hablar en público
Soy Marta Torre, desarrolladora web fullstack freelance y, aunque hoy puedo hablar en público, hubo un tiempo en el que el simple hecho de exponerme a la mirada de los demás me aterraba. En el colegio/instituto llegué a faltar a clase (que no lo sepan mis padres xD) solo para evitar presentar trabajos. Pero lo que nunca imaginé es que WordPress y el mundo del desarrollo web me ayudarían a superar mi pánico escénico.
Desde el colegio hasta la vida profesional
Mi pánico escénico comenzó en el colegio. Siempre que había una exposición oral, prefería faltar a clase antes que enfrentarme al miedo de hablar frente a mis compañeros y compañeras. Era una sensación paralizante: nervios, manos sudorosas y la constante preocupación de equivocarme o que se rieran de mí. Esa evitación se volvió mi mecanismo de defensa y, aunque funcionaba temporalmente, sabía que no era una solución real.
A medida que fui creciendo, el miedo continuó presente, incluso cuando llegué al ámbito profesional. Al empezar mi carrera como desarrolladora web, pensé que podía evitar enfrentarme a esa ansiedad, ya que mi trabajo era más técnico y detrás de una pantalla. Sin embargo, a medida que avanzaba en mi carrera profesional, surgieron nuevas oportunidades de compartir conocimientos y dar charlas en eventos, algo que inevitablemente me llevó de vuelta a ese viejo miedo.
Aunque ahora la situación era diferente, el pánico seguía siendo el mismo. Ahí fue cuando me di cuenta de que no podía seguir evitándolo. Tenía que enfrentarlo si quería seguir creciendo profesionalmente, y aunque no fue fácil, decidí dar el paso y empezar a trabajar en superar ese pánico escénico.
Cuando evitar hablar en público ya no era una opción
Al comenzar mi carrera como desarrolladora web, pensé que había dejado atrás la necesidad de hablar en público. Mi trabajo se centraba en la creación de sitios web, resolviendo problemas técnicos desde la tranquilidad de mi escritorio. Durante un tiempo, logré evitar cualquier situación que implicara presentaciones o exposiciones.
Sin embargo, a medida que me involucraba más en la comunidad de WordPress, comenzaron a surgir nuevas oportunidades. Me invitaron a participar en eventos y a compartir mi experiencia. La primera vez que me pidieron dar una charla, volví a sentir los nervios de mi época escolar. Mi instinto fue rechazar la invitación.
Pero esta vez, decir «no» no era una opción si quería seguir creciendo profesionalmente. En el ámbito del desarrollo web, compartir conocimientos es clave. Supe que para avanzar, tenía que enfrentar mi miedo. Así que, aunque con dudas y nervios, decidí aceptar el reto de dar ponencias.
El papel de WordPress en mi confianza
Siempre hablo bondades de WordPress, pero esta vez, el open source hizo que me enomorase más de esta bendita comunidad y del código abierto.
Cuando descubrí WordPress, al principio solo lo veía como una herramienta de código abierto para ayudar a muchas personas a crear su propia historia. Sin embargo, con el tiempo, se convirtió en algo mucho más significativo. A través de WordPress no solo desarrollé mis habilidades, sino también una mayor confianza en mí misma. Al contribuir en el proyecto de opensource y colaborar con la comunidad, me di cuenta de que tenía algo valioso que compartir con los demás, lo que empezó a cambiar mi percepción sobre hablar en público.
Además, WordPress me abrió puertas que nunca imaginé. Las oportunidades para dar ponencias en eventos y colaborar en proyectos más grandes comenzaron a surgir gracias a mi participación activa en la comunidad. Esto no solo impulsó mi carrera como desarrolladora, sino que también me permitió enfrentar y superar mi pánico escénico, transformando algo que antes evitaba en una herramienta clave para mi crecimiento profesional y personal.
La oportunidad de dar ponencias
Mi primera experiencia dando una ponencia fue gracias a Pablo Moratinos ❤️, quien me invitó a participar en la meetup de Irun. No tenía mucha experiencia hablando en público, pero acepté el reto. A pesar de los nervios, fue una experiencia inolvidable que me demostró que compartir mi conocimiento podía ser algo positivo, no solo para los demás, sino también para mi propio crecimiento.
Pero el verdadero salto llegó en la WordCamp Zaragoza 2019. Israel Escuer me invitó de manera inesperada cuando una ponente canceló a última hora. Yo solo había ido como asistente, no tenía ni una ponencia preparada. Sin embargo, un Tweet criticando la falta de mujeres en ponencias técnicas llamó la atención, y fue entonces cuando me ofrecieron subir al escenario. Fue un desafío enorme, pero no podía dejar pasar la oportunidad. Aceptar fue un momento decisivo, y desde entonces, hablar en público se ha convertido en parte de mi vida profesional.
El reto de dar ponencias en inglés
Pues sí, como lo lees, nunca pensé que tendría el valor suficiente para dar mi primera ponencia en inglés. Y para ser sincera, todo se juntó en ese momento.
Estaba atravesando una situación personal muy complicada. Estaba superando una ruptura de pareja que había sido intensa y dolorosa. Además, estaba en el proceso de apartar de mi vida a personas que me habían hecho daño.
Era un tiempo de cambios profundos. Un momento de crecimiento personal y de empezar a escuchar lo que realmente necesitaba. Siempre me he considerado una persona bastante cobarde, o al menos así me sentía. Pero esta vez decidí romper con esa percepción.
Fue la primera vez que viajé sola fuera de España. Con todas las dudas y nervios, tuve las narices suficientes para dar una ponencia en un pequeño pueblo de Alemania, lejos de mi zona de confort. Hablar en inglés en esas circunstancias fue un reto. Pero también fue una prueba de que era capaz de mucho más de lo que pensaba.
Después de ese viaje, no volví a ser la misma persona. Fue como un subidón de energía que me empujó a hacer cosas que nunca había imaginado. Unas semanas más tarde, me fui sola a Costa Rica para dar una ponencia en San José. ¡Alucinante!
Cuando regresé a España, sentí que hasta me había cambiado la cara. Como te digo, fue un crecimiento personal de la p**a h****a.
Un cambio así no pasa desapercibido. En la WordCamp Valencia, personas de la comunidad como Lucía Rico, Marina Brocca, Santi Alonso y Jaime Gármar me dijeron que se me notaba diferente. Lucía hasta me dijo que estaba guapísima.
Ese comentario me hizo darme cuenta de cuánto había crecido, por dentro y por fuera. Fue la confirmación de que el esfuerzo de enfrentar mis miedos realmente había valido la pena.
La importancia de la comunidad de WordPress
La comunidad de WordPress ha sido fundamental y muy importante en mi crecimiento personal y profesional. Desde el primer día, me encontré rodeada de personas que no solo compartían conocimientos técnicos, sino también experiencias de vida. Sentir el apoyo y el entusiasmo de personas con quienes comparto la misma pasión fue clave para animarme a hablar en público.
En cada meetup o WordCamp, la comunidad me brindó un entorno de respeto y confianza. Esto me hizo darme cuenta de que, aunque a veces sentía inseguridad, mi voz tenía un lugar y valor. Poder compartir mis experiencias y recibir el respaldo de gente tan diversa me dio la confianza para superar el miedo. Hoy, sé que la comunidad ha sido mi mejor impulso.
Feedback constructivo que me ayudó a mejorar
Recibir feedback ha sido una herramienta poderosa. Al principio, no voy a mentir, recibir críticas constructivas me ponía nerviosa y no me gustaba nada. Pero pronto entendí el valor de esas opiniones.
La comunidad de WordPress me enseñó a ver las sugerencias como una oportunidad de aprendizaje. Gracias a eso, pude mejorar tanto en lo técnico como en la forma de conectar con mi audiencia.
Recuerdo recibir comentarios sobre el tono de mis charlas, cómo modular la voz y hasta cómo hacer pausas estratégicas. Muchas de las WordCamps tienen mentores para estas tareas, así que aproveché esa oportunidad. Esos consejos han sido muy valiosos para pulir mis presentaciones.
También recuerdo, con especial cariño, cuando colegas como Nilo Vélez y Juan Hernando me felicitaron por lo que había mejorado. Nilo, además, me dio críticas constructivas en varias ocasiones, y sus recomendaciones fueron de las primeras que puse en práctica.
Saber que tengo un grupo de personas dispuestas a darme su opinión sincera ha sido una de las mayores bendiciones en este camino.
Consejos para quienes quieren superar el miedo a hablar en público
Empieza en pequeño
Busca entornos donde te sientas cómoda. Las reuniones pequeñas o las charlas entre amigos son buenos lugares para empezar a hablar en público. A medida que te sientas más segura, puedes dar pasos más grandes.
Prepárate y ten un plan
Saber bien de qué vas a hablar y tener notas de apoyo siempre ayuda. Practica varias veces hasta que te sientas cómoda. Con el tiempo, los nervios irán disminuyendo y tu confianza crecerá.
Rodéate de una comunidad de apoyo
Como me pasó a mí en WordPress, tener un grupo de personas que te respalden hace toda la diferencia. Busca personas que valoren lo que tienes para decir y que puedan darte feedback sincero.
Acepta los nervios y transfórmalos en energía positiva
Los nervios son normales y no son algo malo. Aprende a reconocerlos y a usarlos como un impulso para concentrarte y dar lo mejor de ti.
Cometer errores está bien
Una de las lecciones más importantes que he aprendido es que cometer errores no es un problema. Somos humanas, y la audiencia suele agradecer cuando somos naturales y mostramos vulnerabilidad. No se trata de dar una charla perfecta, sino de conectar. Así que no te preocupes si algo no sale como planeaste; corrige y aprende para la próxima.
Reflexión final: Si yo pude, tú también puedes
Si hay algo que he aprendido en este proceso es que el miedo puede transformarse en una de las mejores herramientas de crecimiento. Yo, que evitaba cualquier exposición en el colegio, descubrí que hablar en público no solo es posible, sino algo que puede disfrutarse. Dar charlas me ha ayudado a ganar confianza y a descubrir mi propio valor.
Mi mensaje para quienes también enfrentan ese miedo es claro: si yo, que me consideraba una persona cobarde, pude dar el paso, tú también puedes. Salir de nuestra zona de confort es difícil, pero cada pequeño logro nos fortalece. A veces, la recompensa no solo está en el resultado, sino en el proceso de superación en sí.
Si todavía no te atreves y quieres hacerlo, podemos hablar y estaré encantada de poder ayudarte.
Atribuciones
Todas las fotografías están hechas por voluntarios y voluntarias de las WordCamps de España: https://www.flickr.com/photos/wordpressphotos/albums/
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