Mi síndrome del impostor

El Miércoles fué uno de los peores días del año. Me dió uno de esos bajones de todas esas cosas que nos pasan a los autónomos, y por una vez, me gustaría contarlo, porque esto, también se merece ser contado. Somos personas y como todo, muchas veces tenemos caídas y venidas, así que bueno os cuento:

La verdad que nunca lo había contado abiertamente. Igual es por timidez, por sentirme inferior, o no sé…. Mi síndrome del impostor es demasiado síndrome del impostor.

El Miércoles fué uno de esos días que se juntó todo. Como cada Miércoles a las 9.30 me reúno con Nora para ver los presupuestos de esa semana y entre las dos hacerlos y mandarlos. Nora, esa mañana tuvo un problemilla en la oficina y al final nos reunimos más tarde. Era un proyecto grande, en el que tenía que ver varias cosas a medida, como exportación de datos específicos para WooCommerce, además tenía que estar bastante bien desarrollado, porque lo que ya tiene es una locura y había que hacer de 0 algo bastante mejor y más optimo.

Decidimos hacer el presupuesto con un tema pre-diseñado y diseñarla y desarrollarla a través de ese tema. Me pareció bien, como tenía que escribir la descripción del servicio que iba a hacer, decidimos que se lo mandaba yo en cuanto terminásemos la reunión.

Creo que fué al colgar cuando me dió un chispazo de esos míos en los que empecé a pensar: «Esto no sirve para nada» «No sé que hago desarrollando WordPress con temas pre-diseñados» «Igual hasta lo puede hacer Nora sola». Así es como empecé.

Tenía y todavía tengo la sensación muchas veces de que todo lo que hago no sirve para nada. Que puedo hacer mucho más y que toda mi experiencia, todo lo que sé sobre desarrollo y sobre WordPress muchas veces como no lo saco a la luz o no lo pongo en practica, no sirve de nada que yo esté. Me siento una inútil en muchos de los proyectos y creo, muchas veces que mi compañera Nora no me necesita en muchos de los proyectos que hacemos juntas.

Lo importante de tener un equipo

Estaba hecha una mierda literalmente, y le mandé un audio a Nora. Nosotras no nos llamamos nunca, es una regla no escrita entre nosotras, sólo nos llamamos cuando es verdaderamente urgente (problemas técnicos y urgentes, caídas de web, nervios antes de una WordCamp, ataques de ansiedad, etc). Le mandé uno de esos audios que le contaba todo lo que me rondaba por la cabeza y rompí a llorar en un momento en el que no podía más.

Ella, como siempre, me escucha y tiene una paciencia conmigo que no sabe lo agradecida que estoy por ello. Me mandó un audio de 15 minutazos (Ojo, esto da para podcast), en el cual me explicaba porque yo era necesaria para todos estos proyectos, aunque los clientes muchas veces no fueran los que quisiéramos tener. Y esto, en verdad, es una de las pruebas por las que hace falta un equipo comprometido, que vaya a la par que tú y que puedas mandarle un audio llorando a la hora que sea porque siempre te van a tender la mano y te digan: «Yo si tu no estas en los proyectos de WordPress con plantilla, no me merece la pena».

Le dedico un día a la semana a formarme porque en nuestro sector es súper necesario, y también por ese sindrome del impostor que me ronda en la cabeza constantemente. Pero también es necesario de vez en cuando descansar y ver las cosas con perspectiva, muchas veces el cúmulo de trabajo, de estrés y de ansiedad, hacen que veas las cosas de diferente manera. Por eso, hace falta o contarselo a tu compañero de trabajo, o algún amigo que te entienda, o a tu pareja, pero siempre hay que contarlo, porque sino será bastante peor.

Estar escribiendo este post sin que se me caíga la lagrima es complicado, pero es muy interesante contarlo para toda esa gente que lo sufre, que, como yo, que soy una persona súper exigente y pienso que todo lo que hago está mal, se sienta de alguna manera representado o identificado, y vea, que si, que hay que hacer las cosas lo mejor que sabemos, pero también dependiendo de los recursos que tengamos.

No os voy a entretener más y sólo deciros a todos que no estamos solos.

Imagen destacada del banco de imágenes de Canva.

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4 respuestas a «Mi síndrome del impostor»

  1. Avatar de Jacobo
    Jacobo

    Hola Marta, me siento totalmente identificado contigo. Con el agravante de que yo soy el único equipo y tengo menos conocimientos que tú.
    Por suerte estos días pasan y llegan otros en los que parece que te comes el mundo. Esto de ser autónomo es lo más parecido a subirse a una montaña rusa, unos días estás arriba y al día siguiente abajo.
    Debemos sobreponernos y seguir «batallando».
    Muchos ánimos!

    1. Avatar de Marta Torre

      Que va Jacobo, al final todos sabemos mucho de algunas cosas y poco de muchas. Lo que hay que hacer es intentarlo llevar lo mejor posible. ¡Ánimo!

      1. Avatar de Maialen
        Maialen

        Está muy trillado que lo diga, lo sé, pero es un ALIVIO saber que esto le pasa a más gente. Yo, como tú, también tengo un equipo al que contarle mis miedos y bajones (no tiene precio) pero al final del día lo que nos decimos a nosotras mismas es lo que nos llevamos a casa y la vida de la autónoma es muy solitaria.

        Está genial que hablemos de estas cosas porque ya está bien de aparentar que podemos con todo y que nunca vacilamos.

        Ole, ole y ole. Gracias Marta.

        1. Avatar de Marta Torre

          ¡Hola Maialen! La verdad que si, sentirte acompañado es genial, y hablar con alguien que le pasa lo mismo que a ti es todavía mejor.

          Hay que hablar más de estas cosas que parece que todas somos perfectas.

          ¡Gracias por pasarte!

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