
Mantener una web no va solo de actualizar plugins. Va de cuidar un proyecto, respetar el trabajo de otras personas y reducir el impacto de lo que hacemos en Internet. En este post te cuento, desde mi experiencia como desarrolladora WordPress, qué hay detrás de un mantenimiento web ético y sostenible y por qué debería importarte si tu web es parte de tu negocio.
Qué entiendo por mantenimiento web ético
La ética no es marketing; es práctica diaria. Para mí significa:
- No usar plugins pirata ni «nulled».
- No inflar tareas para justificar una cuota.
- Probar antes de actualizar algo crítico.
- Documentar cambios y comunicar incidencias.
- Cuidar accesibilidad, RGPD y copias de seguridad como parte del servicio, no como “extras”.
Ético no es perfecto; ético es honesto. Si un cambio rompe algo, lo digo. Si una petición no entra en mantenimiento, lo explico y propongo alternativas (bolsa de horas, roadmap, etc.). Prefiero perder una venta a vender humo.
Sostenibilidad no es solo «energía verde»: es eficiencia
La sostenibilidad en web empieza en el código y en las decisiones técnicas. Un mantenimiento sostenible busca:
- Menos peso, más velocidad: limpiar scripts innecesarios, revisar fuentes, limitar peticiones, optimizar imágenes.
- Menos dependencias: usar solo los plugins imprescindibles y eliminarlos si dejan de aportar.
- Menos ruido en servidor: cron jobs ajustados, caché bien configurada, base de datos optimizada.
- Más vida útil: temas en bloques, estándares de WordPress, evitar “parches” que hipotecan el futuro.
Una web ligera mejora experiencia, conversión y también reduce la huella ambiental. Internet contamina; cada request innecesaria cuenta. Apuesto por lo nativo siempre que puedo (bloques, theme.json) y por decisiones que no generen deuda técnica.
Lo invisible que te salva cuando algo falla
Cuando un mantenimiento está bien hecho, no se nota. Y eso es precisamente el valor:
- Copias de seguridad diarias verificadas.
- Entornos de staging para probar actualizaciones mayores.
- Monitorización de uptime y errores.
- Política de actualizaciones con orden y criterio (núcleo, plugins, tema).
- Planes de rollback claros si algo se rompe.
No todo son “estrellas” en PageSpeed. También es revisar que un formulario envía, que un email llega y que un checkout no pierde ventas. El mantenimiento de verdad es el que evita incendios.
Lo que no es un mantenimiento (aunque te lo vendan así)
- Mandarte una factura mensual sin tocar la web.
- Activar actualizaciones automáticas y cruzar los dedos.
- Prometer “soporte ilimitado” y desaparecer.
- Ignorar accesibilidad, privacidad y seguridad.
- No hacer pruebas, no documentar, no comunicar.
El mantenimiento no es una caja negra. Debe ser claro, medible y explicable.
Cómo trabajo yo el mantenimiento (sin humo)
Proceso base
- Auditoría inicial
Reviso estado real: hosting, versiones, plugins, seguridad, accesibilidad básica, rendimiento y deuda técnica. Si la web no es mantenible (plugins pirata, versiones obsoletas graves), lo digo y propongo saneamiento previo. - Plan de acción
Priorizo: seguridad → estabilidad → rendimiento → mejoras. Defino qué se hace cada mes y qué queda como mejoras opcionales. - Ciclo mensual
- Actualizaciones controladas (y probadas).
- Limpieza y optimización (BD, caché, medios).
- Revisión de formularios y puntos críticos (checkout, leads).
- Informe conciso: qué se ha hecho, incidencias y próximos pasos.
- Soporte razonable
Dudas y pequeñas tareas sí. Desarrollos a medida o cambios de diseño, mediante bolsa de horas.
Decisiones técnicas sostenibles
- Favorezco bloques nativos y elimino maquetadores si tiene sentido.
- Evito «optimizers» agresivos que rompen layout por dos décimas de puntuación.
- Uso
theme.jsonpara estilos globales (menos CSS cargado). - Reviso fuentes: subset, carga condicional, precarga si procede.
- Sirvo imágenes en formatos modernos y ajusto tamaños reales.
Mantenimiento también es relación (y límites)
Un mantenimiento ético cuida personas, no solo servidores:
- Transparencia: informes claros, sin jerga vacía.
- Límites: qué entra y qué no. Evita malentendidos.
- Educación: explico por qué algo conviene y por qué otra cosa no (aunque sea menos «sexy»).
- Continuidad: si una decisión de hoy complica mañana, la frenamos. Sin miedo a decir «no».
Las clientas que valoran el trabajo bien hecho se quedan años. La confianza se construye con coherencia.
Cómo saber si estás pagando un mantenimiento… que no se está haciendo
Si sospechas, busca estas señales:
- No hay informe mensual ni evidencia de tareas.
- Tu web lleva meses con versiones obsoletas.
- Nadie te ha hablado de copias ni probado una restauración.
- Sigues con plugins redundantes que ralentizan todo.
- Nadie te ha planteado mejoras progresivas (accesibilidad, WPO, limpieza de medios).
Pide un estado de situación: lista de versiones, copias, tareas realizadas, incidencias y prioridades. Si no pueden dártelo, es una bandera roja.
Por qué esto importa (más de lo que parece)
Cada web que mantenemos bien suma a un Internet más responsable: accesible, rápido y honesto. No es postureo; es oficio. Mi trabajo no es «que funcione y ya», es que funcione bien y por más tiempo, con el menor impacto posible y sin atarte a decisiones que mañana te pasen factura.
Mantener una web no es mantener un WordPress: es mantener la confianza de quien confía en mí.
Conclusión y siguiente paso
Si tu web es parte de tu negocio, el mantenimiento no es opcional. Es la diferencia entre vivir apagando fuegos o dormir tranquila sabiendo que alguien la cuida con criterio.
Si quieres un mantenimiento ético, sostenible y sin humo, te explico cómo lo trabajo y vemos si encaja contigo.
¿Hablamos? Escríbeme y te hago una auditoría inicial para ver el estado real de tu web y marcar un plan.




Deja una respuesta