
Hoy, quería dedicar unas líneas a lo que ha sido mi casa durante un año (Bilbao) y tres (Euskadi). Porque creo que los cambios son buenos y a veces, aunque te dé pena tienes la sensación que tienes que hacerlo.
Tengo que decir que tenía que haber escrito esto hace unos días, pero es que las cajas se apoderaron de mi casa y no podía no poner el ordenador en un sitio decente. Y yo, como buena señora que soy, no puedo escribir en cualquier lado, esto es así.
Cómo empezó todo
Vivir en Bilbao era uno de mis sueños. Y lo cumplí, vaya que si lo cumplí. Para que te hagas una idea de cómo llegué hasta allí, soy cántabra (de Santander), en el 2007 me fui a vivir a Huelva y en 2020 empezó mi aventura en Euskadi.
El proceso de ir a Euskadi fue realmente duro. Hoy, (en 2023) entiendo todo mucho mejor que cuando me fui, pero no fue sencillo. Tenía una vida acomodada, con pareja estable (con su sueldo fijo), y mi vida más o menos resuelta sin hacer demasiado esfuerzo.
Pero yo no soy así, no soy de acostumbrarme, no soy de rutinas y no soy de resignarme. Soy de todo lo contrario, y muchas veces, pienso que soy yo la que estoy mal. Me acuerdo que esto lo hablé mucho con la psicóloga, porque me sentía mal por ser diferente al resto. No quiero tener hijos, no quiero casarme, no quiero una vida estable en la que todos los días sean iguales. Me gustan los cambios, si mi trabajo me permite cambiar de ciudad, viajar donde quiera, lo voy a aprovechar.
A nivel personal, también necesito un poco de movimiento. En las ciudades pequeñas no hay nada me cuesta mucho amoldarme, me deprimí mucho en Huelva. Vivía amargada. No me gustaba el clima (soy muy calurosa), y llegó un momento en el que odiaba todo lo que rodeaba de esa ciudad (pero era culpa mía).
El click llegó cuando viajaba a WordCamps, iba conociendo a personas de otros sitios y veía lo que me estaba perdiendo. Me acuerdo el momento en el que le dije a una amiga:»Yo en verdad siempre he querido irme a vivir a Euskadi» y ella me respondió algo como: «Cuánto antes lo empieces a preparar, antes te vas, que al final lo dejamos y nunca lo hacemos».
Fue el empujón que necesitaba. No estaba contenta con mi vida, tenía muchísima ansiedad, no me gustaba la forma de vivir de allí, odiaba el calor, no me amoldé a sus costumbres y como digo siempre: «Soy muy del norte».

Bilbao y Euskadi
Cuando le digo a mucha gente lo guay que es vivir en Bilbao y en Euskadi en general, nadie me entiende. Y, aunque los pisos tengan precios desorbitados, para mi, merece la pena. Cada persona valoramos unas cosas de un municipio, yo tengo que reconocer, que me gustan mucho las ciudades, no me gusta nada vivir en pueblos, aunque me encanta visitarlos, pero para el día a día, prefiero vivir en ciudad.
Soy muy defensora del sistema público, de los buenos transportes, valoro mucho que sea una ciudad bike friendly, (ya que yo me transporto en bici para prácticamente todo), que haya alternativas de ocio, librerías donde comprar libros chulos (no franquicias), museos o teatros, sitios verdes donde pasear, etc.
Bilbao, me ofrecía todo eso. Además, la arquitectura y el diseño cómo está construido Bilbao, es un alucine. Pero lo que más me flipa de Bilbao y Euskadi en general, es la cultura del activismo. No he visto otro sitio que me emocione más que los pensionistas como todos los Lunes se ponían en el Ayuntamiento a luchar por unas pensiones dignas. Haga frio, llueva, un calor horroso… Es alucinante.
Todavía tengo un recuerdo en una de las terrazas de un bar del casco viejo (otro sitio alucinante, por cierto), con una pancarta enorme del símbolo feminista, tomando una cerveza con dos amigos y empezar a llorar. «¿Qué te pasa?» me decía una amiga. «Por fin lo conseguí. No sabes la de años que soñé estar aquí».

Descanso y salud mental
Está claro que Bilbao es un sitio donde tenía que estar. ¿Pero que pasa cuando ves que no estás bien?
Es muy complicado cuando por situaciones personales o profesionales te afecta tanto que a veces hay que pensar en una misma y decir: «Oye, pues igual toca descansar». Es curioso como pensar en irme de Bilbao no se me pasaba por la cabeza.
«Marta, pero si te ha costado mogollón estar donde estás ¿Cómo te vas a ir?» Es lo que me he repetido durante los últimos meses por la cabeza. Es cierto que hay a veces que te brindan oportunidades para descansar, y o lo coges en ese momento, o quizás todo puede ir a peor.
Tomar la decisión
No es fácil tomar decisiones. En este caso, yo he estado tan bien en Bilbao que se me ha hecho todavía más complicado. Pero la vida se trata de decisiones y ser adulto de trata de tomar decisiones complicadas. Así que bueno, si me equivoco tampoco pasa nada porque puedo echar marcha atrás cuando quiera.
Autoexigencia
Si de algo me caracterizo, es que soy muy dura conmigo misma. No concibo poder equivocarme, y soy muy exigente conmigo. Me lo decían las profesoras de instituto, me lo dicen muchas colaboradoras con las que trabajo y me lo dicen mis amigas.
A veces me digo a mi misma: «Tienes derecho a equivocarte», pero es tan fácil la teoría y tan difícil la práctica… A veces se trata de aprender de nosotras y gestionar este tipo de cosas.
Vuelta a Santander
Con Santander tengo sentimientos encontrados. La última vez que viví aquí tenía 21/22 años. Ahora tengo 37. Mi psicóloga me dice que estoy viviendo en el pasado en este sentido, que tengo recuerdos de cuando me fui y de por qué me fui pero que no puedo comparar la Marta de 22 con la de 37, que es imposible. Y la verdad, que mi psicóloga suele tener razón, así que voy a intentar hacerla caso. Creo que me estoy boikoteando yo sola en proceso antes de poder disfrutarlo.
Break por problemas personales
2022 me pasó un poco por encima por temas personales y ha sido complicado gestionar todo con tener que trabajar mucho. Bilbao también me exigía estar a tope en el trabajo porque hay que pagar todos unos gastos, que, viviendo sola no es fácil. Pero me hubiera gustado parar y descansar.
Todavía me acuerdo un proyecto en el que estuve muy intenso que le pedí 15 días porque acababa de romper mi pareja y no lo entendieron, así que decidí que ese no era mi sitio, y que necesitaba un sitio que me valorasen más y que me trataran más por lo que soy: una persona que tiene sus días malos también.
¿Y si puedo aprovechar para cuidarme? Para hacer esas cosas en las que disfruto mucho. Coger la bicicleta, proyectos de diversidad, leer, ir al cine y comer rico.
Break para pensar en el trabajo
La verdad que el 2022 fue un año complicado a nivel de trabajo también. Mi vida cambió, dejé de trabajar con mi colaboradora principal y tocó acostumbrarme a otras cosas, así que también necesitaba un tiempo para adaptarme.
Ahora tengo nuevas ideas, nuevos objetivos y formas diferentes de ver las cosas.
También quiero aprovechar para hacer proyectos nuevos como este que voy a lanzar de formación, incentivar mi servicio de mantenimiento web, desarrollar mi nueva web (que ya está diseñada), y bajar a la tierra otros proyectos que tengo desde hace tiempo.
Eskerrik asko, Bilbao
Así que este post solo es para dar las gracias a Bilbao. Por toda su esencia, su cultura y hacer que me sintiera una más cuando en verdad estaba estaba en un momento que no sabía realmente de donde era: Santander, Huelva…No sabía.
Sé que volveré, o no. El tiempo lo dirá. Sea lo que sea que necesite, me llevaré el concepto de mi amor por Bilbao a todas las ciudades que vaya, porque Bilbao me ha enseñado mucho más que un eskerrik asko.
Bilbao me sumergió en todo y mi cerebro se acostumbró a todo lo que me hacía feliz. Mi oficina, los carriles de bici, los teatros, las librerías molonas que me gustan, la arquitectura, los pintxos, la comida…
Gracias por resguardarme cuando más lo necesitaba Bilbao ❤️.
Atribuciones
Fotografías de Bilbao por Farutxo
Otros post que te podrían interesar
2 respuestas a «Hasta luego, Bilbao»
-
Grande Marta!!! cuánto transmites con tus palabras… Te dice una Cántabra, que vivió en BCN, se mudó a Bilbao y lleva un año en Cantabria…Todo sitio tiene algo que ofrecerte si estás dispuesta a dejarte sorprender (aunque sea de una tarde comiendo pipas mirando al mar ;)).
Ánimo con el cambio,
-
Mejor arrepentirse de haberlo hecho. Suerte en tu nueva etapa!
Deja una respuesta