
Un juicio no es algo sencillo, pero tampoco es algo tan grave, de verdad. Aunque ahora, después de casi un año puedo decirlo tan alegremente, que si, que no pasa nada, que no se ha muerto nadie, pero uff, qué mal se pasa.
Cuento esto, porque me gusta contar mis cagadas, y porque también me gustar contar cómo he salido viva de cada uno de los problemas que me he encontrado en mi negocio.
¿Cómo empezó todo?
Muchas veces, os cuento por este mismo blog, los proyectos que no acepto ni de palo. Casi toda esa lista, son las consecuencias de problemas con clientes, antes de hacer toda esa lista, me he comido muchos marrones, mucha, mucha mierda. Este post, es solo otro proyecto de mierda que llegó demasiado lejos.
Introducción
No puedo poner nombres reales, así que me voy a inventar los nombres por: Antonio (intermediario) y Carlos (cliente final).
Este proyecto empieza por un señor (Vamos a llamarle Antonio) escribiéndome por Instagram para un presupuesto para otro proyecto. Antonio es un señor que hace marketing (SEO) y un poco de todo, entonces, como WordPress es muy sencillo y cualquier persona sin conocimientos puede montarse una web profesional, pues él también hace diseño web (en Divi). Noten la ironía, señores y señoras. De este párrafo es muy importante acordarse que él dice que hace diseño web.
Les pasé un presupuesto de bolsas de horas para un tema que tenía de un proyecto de un cliente. Me dijo educadamente que se le iba el presupuesto, que la propuesta la había presentado muy bien, así que todo quedó ahí.
Pasaron unas semanas, y me escribió de nuevo para un nuevo presupuesto. Este era algo complejo, quería un plugin para WooCommerce de punto de venta (POS). Me detalló todos los requerimientos en un e-mail, en el cuál estuvimos en conversación para aclararme bien de lo que necesitaba y poder hacerle un presupuesto cerrado. Tardaba un poco en contestar mis e-mails, y yo tenía que irme de vacaciones así que quedamos en hablar después de mi descanso.
Presupuesto y contrato
Después de mis vacaciones, les entraron las prisas (¡Qué raro!). Así que al final les hice el ansiado presupuesto. Tenía desglosado dos partes:
- Diseño UX/UI de plugin: Esta parte no la hacía yo, la hacía la diseñadora y la colaboradora principal de mi proyecto.
- Desarrollo a medida (front-end y back-end).
Cuando reciben el presupuesto, les parece muy caro la parte de diseño. ¿Por qué? Porque no lo valoran, porque no saben ni lo que es el diseño. Me dijeron tal cual: «¿Pero hace falta el diseño?» . Les expliqué porque hacía falta el diseño en una aplicación o plugin (en este caso) y alguna cosa que me dijo mi compañera que le dijera sobre diseño. Os recuerdo que este señor, (el intermediario) se supone que hacía diseño web (y me preguntó porqué hacía falta diseño).
Bueno, al final consigo que firmen el presupuesto (ahora me arrepiento mucho de haber tenido que explicarles y veo red flags por todas partes, pero es muy fácil hablar ahora). El siguiente paso: Firma del contrato. Les preparo el contrato y se lo mando.
Con el tema del contrato, me di cuenta bastante más tarde, pero no veas lo que tardaron, y revisando los e-mails para el juicio, me di cuenta que me pusieron muchas trabas a la firma del contrato.

Así que estuve esperando a qué firmaran el contrato. No lo firmaban pero ellos me preguntaban constantemente qué cuando empezábamos. Les dije que tenían que firmar el contrato y aún así tardaron. Para agilizar les fui haciendo la factura, y nos pagaron lo que les pedimos. Pero seguían sin firmar. Hasta que por fin firmaron.
Esto me di cuenta preparando el juicio, que ellos pensaron que cuando firmaban el contrato yo empezaba al día siguiente, y no. En el presupuesto pusimos la disponibilidad y el día que podríamos empezar.
Proyecto de mierda
No puedo poner un titulo mejor. Desde la posición de ahora, lo veo muy fácil, también en esa época no iba a la psicóloga y no tengo tanta facilidad para decir que no como antes. Antes me costaba mogollón decir que no a un trabajo.
Antes de nada, deciros que no me proporcionaron algunas de las cosas para poder poder realizar mi trabajo, como por ejemplo, no me pasaron acceso al servidor. Esto, para el trabajo que iba a hacer, era necesario, ya que necesitaba conectarme a la tienda actual de WooCommerce para conectar a través de la REST API de WordPress los productos que tenían en la tienda actualmente. Y no, nunca me lo pasaron.

Sentimiento de acoso
El proyecto transcurrió sintiéndome ACOSADA TODO EL PROYECTO. Desde que la diseñadora empezó con su parte (no llevaba ni 2 días de trabajo) ya me estaban preguntando cómo iba el proyecto.
He de decir, en este punto que la diseñadora terminó una semana antes de lo previsto su parte, así que pude empezar mi fase antes de tiempo.
Eran e-mails constantes todos los días, exagerado. Nunca me había pasado una cosa igual. Y si algún momento no contestaba algún e-mail, me escribía por redes sociales, a ver qué pasaba. De verdad, sentí acoso en todo el proyecto, era una cosa que nunca me había pasado y no sabía realmente qué hacer.
Tengo la hipótesis que el intermediario le dijo un plazo mucho más corto al cliente y no cumplió, pero en verdad, yo con el cliente final nunca tuve contacto.
Problemas técnicos

En desarrollo de plugin tan avanzados, muchas veces hay problemas técnicos, y si te lo ponen más complicado porque no te dan acceso a los datos que necesitas, mucho peor.
A veces pienso que todos los problemas técnicos que tuve en este proyecto, no fué más que mi cabeza que me decía: «Marta, deja esta mierda de proyecto«.
Cuando le comenté estos problemas técnicos al intermedio, le daba igual, se ponía a decirme, que él sabía de desarrollo y qué tal y cuál y que no le vendiera la moto. Así que entre el acoso que estaba sufriendo, y estas formas de hablarme, imagínate la presión que tenía por terminar.
Entrega
Llega la primera entrega. El intermedio sigue enviándome a tope de mails durante más de mes y medio, enviándome mails cada dos días. En este momento, ya me daba ansiedad abrir sus e-mails, era una sensación terrible, que espero no tener que volver a repetir. Muchas veces, es que no podía abrir sus e-mails, era espantoso.
Estábamos ya casi por finalizar la fecha de entrega, y él seguía con su acoso de e-mails, en los últimos dejé de contestar porque la verdad, pasaba mucho tiempo contestando e-mails (eran muy técnicos) y no me iba a dar tiempo a entregar en fecha. Me acuerdo perfectamente, que me escribieron un Jueves y no les contesté hasta Lunes (que es cuando les hice la entrega). El Martes recibo un burofax. ¡¡UN BUROFAX!!
El burofax
Pues el burofax me lo tomé un poco a risas, porque mentían en todo. Primero, decía que me había pasado de plazo (había hecho la entrega con manual incluido antes de mandarme el burofax), y luego ponían que no cogía el teléfono ni el whatsapp y yo nunca les di a ninguno ni mi teléfono ni mucho menos el WhatsApp.
La verdad, que cuando lo vi, me hizo tanta gracia, que no le hice caso, porque había enviado el e-mail de entrega días atrás.
Feeback
Jamás. Nunca en mi vida profesional había recibido un feedback así. NUNCA. Yo creo que este señor realmente tenía un problema de gestión de emociones porque no era normal. Pero el resumen del feedback era:
- No funcionaba nada
- No estaba el diseño hecho
- Insultos y faltas de respeto
- Se inventa funcionalidades nuevas y elementos de diseño nuevo (con diseño entregado por diseñadora aprobado).
- No me dice nada, claro, solo dice que está todo mal.
- Todo funciona lento.
Le digo, con toda mi educación, que así no me puede enviar un feedback, que merezco un respeto y que por favor, que me haga un listado de las cosas que dicen que están mal para arreglarlas.
Recomiendo mi post de cómo dar feedback porque es importante.
Fin del proyecto

Después de todo este feedback tan malo, siguieron los emails, no me decía nada en concreto y yo arreglaba cosas sin saber realmente qué es lo que él decía que estaba tan TREMENDAMENTE mal.
Hasta que el último feedback fue el peor. Le contesté y le dije que le había pedido un listado de cosas que estaban mal, y no me lo había enviado, que así era imposible terminar un proyecto y que yo tenía las mismas ganas o más de perderle de vista.
Después de mandar yo este e-mail, no volví a tener más noticias de este señor. Estaban preparando una demanda.
El juicio

Si es la primera vez que habéis ido a un juicio, a mi se me pasaron por la cabeza muchas imágenes de películas y series estadunidenses, donde tenía que salir a declarar con un montón de gente mirándome.
El proceso fue muy largo: La demanda me llegó creo que en Febrero y el Juicio se celebró a principios de Septiembre. Un año pasándolo fatal. Si de verdad estás segura o seguro que tienes la razón (como era mi caso) no os recomiendo para nada pasar por este sufrimiento. Hay personas que están acostumbradas a estas cosas, como este cliente, pero de verdad, yo pasé un año de mierda.
La demanda era clara: Querían que les devolviese el dinero mío y el de mi compañera por incumplimiento de contrato, decían que me había pasado el plazo del proyecto.
El cliente no se presentó al juicio. Como lo lees. Solo se presentó el intermediario. Tenía lógica, yo con el cliente no hablé en ningún momento.
Lo primero que dijo su abogado, es que en vez de reclamar, el dinero que ponían en la demanda (el que me pagaron por un % del proyecto), querían reclamar más. La jueza dijo que por aquí xD
Mi súper abogada
Cuando conocí a Bárbara sabía que podía confiar en ella. Para los negocios, hay que tener mucho ojo en quién confiar y quién contarle tus movidas. Y sabía que cuando me pasara algo, le iba a llamar.
Confiaba mucho en ella, y yo lo tenía súper claro. Para demostrar que según ellos no había cumplido los plazos de entrega, tenían que demostrar, y yo si que había cumplido.
Bárbara me dio mucha tranquilidad en todo momento, desde que preparamos el juicio, y dentro del juicio estuve por aplaudirle más de una vez.
Estuvimos hora y media de juicio y no paró de defender la situación. Nosotras llevábamos un montón de pruebas, vídeos, correos, contratos, presupuestos, fechas, el proyecto, TODO. Ellos, no tenían ni una prueba.
Yo: Doña Marta Torre
Hacía mucho tiempo que no estaba tan nerviosa, me templaban las piernas, las manos me sudaban y me convencía solamente para que pasara rápido. Lo teníamos todo a favor, teníamos un montón de pruebas, hasta vídeos donde se veía el proyecto terminado.
Por cierto, unas semanas antes, los contrarios habían borrado pruebas del proyecto ya que eso estaba vinculado a una base de datos de su servidor. Hice un vídeo como prueba y unas cuantas capturas de una compra ficticia en la que solo teníamos acceso el intermediario y yo.
Tal y como me dijo mi abogada, podía pasar que a mi no me llamaran a declarar, porque si me llamaban a declarar lo tenían perdido del tirón. Entonces, como los contrarios no me llamaron, mi abogada no me pudo llamar. Pero ahí entró el suplicio de mi compañera.
Mi compañera: de testigo secreto
Para ella también fue una presión y una tensión de la leche. Yo solo le dije: «Contesta con la verdad». Pero es cierto, ella estaba un poco preocupada porque los abogados te ponen nerviosa y lo que tu has dicho, lo transgiversan y tienen la habilidad sublime para que luego digas todo lo contrario de lo que querías decir.
Pero tengo que decir, que lo hizo súper, súper bien. No fue nada fácil y bueno, le hicieron unas preguntas cada abogado y salió fuera de la sala.
Intermediario
Mi abogada me dijo que si mintieron en la demanda, en el juicio no iban a parar de mentir. Pero que no hiciera gestos, ni malas caras, ni nada. Así que yo me pasé el juicio mirando el suelo. No sabéis cómo aguanté la compostura.
Hasta mi abogada le hizo leer un e-mail en el que yo le decía CUANDO empezaba el proyecto, porque él se inventó la fecha del proyecto. Se contradecía todo el rato. Nos dió la razón en un momento y todo, fue bastante cómica la situación. Pero hubo una cosa que me llamó mucho la atención: Decía todo el rato que el diseño no estaba hecho. Mi compañera entregó el diseño en una semana y sin diseño nunca pasa a desarrollo. Había un correo en el que él decía que le encantaba el diseño, que estaba todo perfecto.
Tengo la hipótesis de que este señor, no diferencia diseño web, de front-end ni de back-end. Pero luego me dijo que el sabía programación. De chiste.
Sentencia de mierda
Cuando me llamó mi abogada para decirme que era una mierda, que habíamos PERDIDO, yo no me lo podía creer. Al ser un juicio de menos de 3000€, no se podía reclamar además, pero estaba preparada para esto ocurriera. Al final, era un fifty fifty. Yo estuve tan mal creo, no el miedo a perder el juicio, sino por molestar a mi compañera y por la confrontación, porque el cliente, era un tipo que estaba acostumbrado a este tipo de situaciones, y se aprovechan, de las autónomas pobrecitas para hacer lo que les de la gana.
Tuve que pagar, dietas de mi abogada, mi compañera, gastos de procurador, honorarios de mi abogada, los 2000€ que me pedían y entre el trabajo que hice (porque hice el plugin entero) se me fueron unos 5000€ más o menos.
Pero lo que de verdad me fastidió, fue la situación de impotencia, de rabia, de no poder hacer nada, de hasta cuando tienes todo a tu favor, la justicia te la clava por la espalda. No me llegué a leer la sentencia entera, pero básicamente lo que venía a decir es que mi compañera diseñadora, que lleva trabajando conmigo desde 2018, no tenía porque saber de mi trabajo ya que requería conocimientos muy técnicos, pero el intermediario, que era marketero y hacía webs en Divi si que le creyeron, hasta las contradicciones que dijo en el juicio.
¿Qué aprendí de todo esto?
Sinceramente, aprendí muchas cosas. también hice bastante autocritica de las cosas que hice mal. Y me quedé con las cosas que podía hacer para mejorar:
- Cancelación de proyecto en cuanto se me falta el respeto o cuando vea que ya no puedo ayudarles.
- No coger proyectos cuando me metan prisa.
- Explicar bien la fase de testeo y que no entra en el plazo de entrega.
- Poner en los presupuestos, que si tienen prisa no me contraten xD
- Grabar todas las reuniones que haga con clientes o futuros clientes.
- Cuando vea un problema en cualquier proyecto, que lo gestione mi abogada.
- Decir que no, mejora tu salud mental
Gestionar este tipo de situaciones, es complicado pero me sorprendí a mi misma que lo gestioné bastante bien con la situación. Mi recomendación para estos casos es: No te rindas, los poderosos, los grandes, nos ven como autónomos y autónomas a los que pisar. No os dejéis pisar, son experiencias que, a veces se pierden, pero muchas veces se ganan. La dignidad está por encima de todo eso.
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Imagen destacada: Canva
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8 respuestas a «El día que tuve que ir a juicio y cómo lo gestioné»
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Eres muy valiente por contar esta experiencia. De todo se aprende, y lo importante es lo que dices en el primer párrafo, nadie se ha muerto 😉
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Muchas gracias por pasarte a comentar. La verdad que de estas situaciones aprende una muchas cosas de la vida.
Un abrazo grande 😉
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En fin, tiene toda la pinta de que esto es gente que se dedica a ganar sobre el trabajo de los demás y que usan todo a su alcance para parasitar el trabajo del resto. En nuestra empresa hemos tenido tantas experiencias fallidas de estas que ya nos negamos a trabajar para intermediarios. Solo aceptamos proyectos en los que tenemos trato directo con el cliente final y es este, el que firma contratos, el que acepta condiciones, etc. Lamentable la cantidad de malos profesionales del sector. En fin, ánimo y de todo se aprende, a veces también lo que no se debe hacer…
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Muchas gracias por escribir, Raquel. La verdad es que si, es un tipo de persona que está acostumbrado a aprovecharse del trabajo de los demás. Pero bueno, de todo se aprende, ya me sirvió para detectar a estos personajes mucho antes y decirles que no. ¡Gracias por los ánimos!
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Nosotros fuimos a juicio por un impago. 5 minutos antes del juicio nos dijeron de llegar a un acuerdo. Dijimos que no.
El juicio como el tuyo y ellos profesionales del impago. Ganamos el juicio y 8 anos después no hemos visto ni un duro.
Así que animo. Hay que saber decir que NO!??
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Hey, Jaime! ¡Millones de gracias por pasarte por aquí y escribir! 🙂
La verdad, que hay gente que está tan acostumbrada a estas cosas, que les da igual un juicio que 30.
Yo perdí el juicio pero cuando me dijo mi abogada de pagar, pagué al instante. Esa es la gran diferencia.
Y si, hay que saber que decir que no, mi experiencia es que si no lo haces, te joden vivo.
Un abrazo 😉
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Menuda experiencia. Como poco, desagradable.
En fin, sigo sin entender como pudieron ganarlo, teniendo vosotras más pruebas y puntos a vuestro favor que ellos.
Pero a veces, estas «injusticias» pasan y nos toca pagar el pato.Por cierto, me he quedado con la duda, este tipo de gente, acostumbrada a encargar proyectos y luego denunciar, ¿no puedo después apropiarse del trabajo y seguir usándolo?, es decir, creo que has dicho, que al plugin teníais acceso tú y el intermediario, que quizás borró info de la base de datos… ¿Podría haberse quedado con el plugin para usarlo después en otras webs?
A ver, llámame desconfiada pero es que todo esto da qué pensar.
Gracias por compartir tu experiencia y ánimo, que de todo se aprende y se puede sacar una valiosa lección.
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Hola, Sandra:
Primero, gracias por escribir. Y si, bueno por poder podían pero ellos no tenían acceso a mi servidor, solo tenían acceso digamos a su parte, era un plugin en el que los productos estaban conectados a su servidor. Así que el plugin es mio, que tengo pensando poner a la venta, por cierto.
Muchas gracias por los ánimos 😉
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