
En esta ocasión, os vengo hablar de los colaboradores. Este año ha sido muy duro a nivel profesional por muchos de los cambios que hice, y no es para menos el tema de colaboradores.
Para mí, hay varios tipos de colaboradores: Los que se involucran y los que no en tu proyecto. Todas las opciones son legítimas depende de lo que quieras hacer o lo que quieras conseguir.
Tipos de colaboradores
Colaboradores pasivos
Más o menos hasta principios de 2018, yo tenía colaboradores de esos que no se involucran en tu proyecto. Al final, cada uno hace su trabajo, y se olvida de implicarse para nada. Fácil ¿no? Cero marrones.
Bueno, la cosa es que me daba cuenta de que yo no soy así profesionalmente. Yo soy una persona que me involucro, que me importan las personas, y me gusta que todas las personas con las que trabajo, estén cómodas y contentas.
Pero claro, no todo el mundo piensa como yo. Por ejemplo, en OnDesarrollo, no todos los servicios que ofrecemos los hago yo, sino sería una wonder woman, y eso es imposible.
Todos los servicios de Marketing Online por ejemplo, los realizan varios colaboradores. Igual que muchos otros servicios porque todos no podemos hacer de todo (de esto hablaré en otro post, que seguro que es interesante).
Llegó un día que me dí cuenta que muchos de estos colaboradores se estaban aprovechando de mí. Al final, yo conseguía los clientes (a mí no me pasaban ninguno) y encima me tenía que reunir yo con ellos (y eso son horas de trabajo no pagadas). Y estos eran los típicos que sólo se preocupan o sólo te escribían cuando el cliente se retrasaba con el pago.
También otro tipo de colaboradores que he tenido, que se ponían del lado del cliente cuando tu lo estabas pasando realmente mal porque había problemas con el cliente (miedo a que no te paguen, cambios y más cambios en diseño ya aprobado, etc). Esos, en vez de tenderte la mano, para ayudarte y salir todos al mismo paso para dejar lo mejor posible la relación con el cliente, se ponían al lado de ese cliente, y te decían frases amenazadoras en plan: «Es que el cliente ya no se fía».
Colaboradores activos

Estos colaboradores son los que son difíciles de encontrar, pero los que son así, son geniales y hacen que todo vaya súper bien. No sólo se preocupan por lo suyo, sino que se preocupan de que todo funcione bien y vayamos todos en el mismo barco. Eso para mí es buen colaborador.
Para ser un buen colaborador no hace falta que te prometa amor eterno. No hace falta que seaís amigos, y te envíe audios a las 23.00 de la noche para contarte que este mal.
Para mí, un colaborador es bueno cuando vaya a la misma par que tu. Que tenga la misma visión que tu en los proyectos, y no sólo eso, también es importante que vayaís de la mano cuando las cosas se pongan feas. Ahí verdaderamente es donde se sabe que un colaborador está contigo, o sólo le interesas por otro tipo de cuestiones.
Compañeros

Esto es difícil de definir, y esto no se tiene siempre. Este grupo le considero como el amor de los colaboradores. Esto es lo que me pasó a mí con Nora, aunque al principio, cuando nos conocimos y empezamos a trabajar juntas, estaba en el grupo de colaboradores activos.
Os quiero explicar algo, ningún tipo de colaborador se busca. El secreto de encontrar un colaborador bueno, es lo que ofreces tú a ese colaborador, es lo que me he encontrado a lo largo de esta vida de freelance.
En mi caso, con Nora, no la tuve que decir ni ofrecer nada. Fué algo natural, y ya ví como ella sola se involucraba en el proyecto, redactaba contratos, emails, hacía listas, y me preguntaba cosas en las que podíamos mejorar.
Y todo esto empezó por un intercambio de servicios. Pero de llegar a eso, a escribir tweets como este por un compañero, lo es todo:
Mucha gente nos pregunta, y nos dice como hacemos para llevarnos tan bien en el trabajo. No es fácil. Para mí principalmente es que personalmente teníamos mucho en común, tanto, que hoy somos amigas.
Yo nunca la pedí ni la ofrecí nada, al final todo si se hace natural, lleva al camino que tiene que llevar. Pero no es eso, llevamos muchas, muchas horas detrás del ordenador, muchas reuniones, mucho, mucho curro acumulado en el que muchos de vosotros solo veís que nos echamos unas risas con el MarioKart y lo adorables que somos.
Pero detrás de todo esto, lleva un curro detrás impresionante. Tampoco puedo decir mucho, porque de esto hablaremos en la meetup de Pontevendra justo el día antes de la WordCamp (a la que tenéis que ir) y allí contaremos todo. Secretos de nuestro amor, de nuestros secretos para llevarnos tan bien (aunque a Nora no le gusten los champiñones) y como hacemos para trabajar juntas tan bien cuando nos separan 1000kms de distancia.
¿Y vosotros que tal? ¿Tenéis colaboradores?¿Algún consejo? ¿Algo que añadir? Escribirme en los comentarios que es un debate muy chulo.
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